“La solidaridad con nuestros sueños no nos
haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo
legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el
reparto del mundo.América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin
albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y
originalidad se conviertan en una aspiración occidental.” Del discurso de
García Márquez frente a la Academía Sueca en 1982 LEER TODO
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